Hoy el Principito se ha levantado de un humor diferente. Como solía ser habitual, se ha despertado abrazado a su Rey, ambos, entre risas, se han despertado, se han besado, y se han puesto en pie...
Tras un café como aliado para quitar el sueño, el Rey se ha puesto a preparar la comida mientras el Principito estudiaba y ordenaba su habitación. Esa habitación que dentro de poco ya no sería ni suya, ni de su querido Rey.
Ambos se disponían a cambiar de Palacio, cada uno al suyo, en apenas 4 días... idea que entristece a nuestro Principito...
El día parece que va a ser muy bueno, pues el Principito se verá con uno de sus amigos principitos, mientras el Rey ha quedado con una amiga suya, de otro reino, que ahora también se ha desplazado a este nuestro reino.
Entre besos y un "Te quiero", el Rey se ha despedido de nuestro Principito. Mientras éste se ha centrado en estudiar, y aprovechar el tiempo antes de que llegue la hora de verse con su querido amigo.
Esta tarde el Principito aprovechará para preparar un detalle a su Rey, detalle, recuerdos de un tiempo pasado... que no sabe si fue mejor, pero si más sencillo.
Ánimo Principito.
Tienes motivos para sonreir
:)
miércoles, 28 de enero de 2009
martes, 27 de enero de 2009
Cuando empieza el camino...
Hoy empieza el camino para el Principito.
Maletas hechas, ilusiones dobladas, sueños embotellados... y el Principito camina, camina y camina hacia su pequeño palacio; sabiendo que está a tan solo unos días para entrar en su lugar, y despedirse de la compañía del Rey, quien lo tiene bajo su propio techo hasta que el Principito empiece a dirigir su propio palacio.
Le costará andar sin su Rey, más aún con el miedo de que quizá el Rey no querrá acompañarlo luego, una vez lo deje a solas en un mundo grande y desconocido para él, lejos de sus amigos los principitos y sus amigas las pequeñas princesas.
Tendrá que luchar, sabiendo que será duro, difícil... pero también aprenderá, vivirá, experimentará...
Aunque nunca se llegará a enamorar, pues sigue enamorado del Rey, quien dice quererlo también.
Suerte Principito!
No estás sólo!
Maletas hechas, ilusiones dobladas, sueños embotellados... y el Principito camina, camina y camina hacia su pequeño palacio; sabiendo que está a tan solo unos días para entrar en su lugar, y despedirse de la compañía del Rey, quien lo tiene bajo su propio techo hasta que el Principito empiece a dirigir su propio palacio.
Le costará andar sin su Rey, más aún con el miedo de que quizá el Rey no querrá acompañarlo luego, una vez lo deje a solas en un mundo grande y desconocido para él, lejos de sus amigos los principitos y sus amigas las pequeñas princesas.
Tendrá que luchar, sabiendo que será duro, difícil... pero también aprenderá, vivirá, experimentará...
Aunque nunca se llegará a enamorar, pues sigue enamorado del Rey, quien dice quererlo también.
Suerte Principito!
No estás sólo!
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